desgaste dental

Cada vez tengo más desgaste dental y no sé por qué

El desgaste dental no es un simple achaque de la edad. Es un problema que afecta a la mitad de la población. de igual manera a jóvenes y adultos y, lo peor es que, a veces cuesta bastante detectar el problema.

¿Por qué se produce el desgaste dental?

Algunas características o componentes de ciertos alimentos y bebidas producen la pérdida gradual del esmalte que recubre y protege los dientes (compuesto, en su mayor parte, por sales de calcio) hasta llegar a la dentina. Esto produce cambios de color en los dientes y sensibilidad al frío o al calor. Que pueden derivar en daños mayores como grietas, dolor y caries.

El azúcar no es el único culpable cuando se trata de daños en los dientes. Los niveles elevados de ácido en los alimentos y bebidas cotidianos pueden ser también perjudiciales. Desde las naranjas hasta el vino, los alimentos y bebidas con altos niveles de acidez pueden desgastar tus dientes. Eso no significa que debas eliminar de tu dieta todos los alimentos y bebidas ácidas. La manera en la que se consumen estos artículos puede reducir el daño que hacen sobre los dientes. Un hábito extendido es el de beber zumo de limón, chuparlo o frotarlo para intentar blanquear los dientes. Todo esto es nocivo para el esmalte y, además, no lo blanquea, sino que lo destruye.

¿Qué puedo hacer para prevenir el desgaste dental?

En cuanto a las frutas, como el limón, la naranja, el pomelo o el kiwi, son muy beneficiosas para la salud en general. Pero su alto contenido en ácido cuando las consumimos en exceso puede dañar los dientes. Lo ideal sería no abusar de las frutas que son muy ácidas y combinarlas, en la medida de lo posible, con otras menos ácidas como el melón, la sandía, el plátano o el melocotón. Si se desea beber zumo de frutas o tomar otros alimentos ácidos se recomienda intentar comer algo alcalino como queso o leche después. Esto puede neutralizar los efectos ácidos del azúcar en la boca.

Las bebidas carbonatadas, como la coca cola o los refrescos en general, son la principal fuente de azúcar agregada entre niños y adolescentes. Son bebidas cargadas de azúcar y, además, suelen contener ácidos fosfóricos y cítricos que provocan un descenso en el pH de la boca y aceleran el desgaste del esmalte dental. Lo mismo ocurre con las bebidas energéticas como el RedBull.

Para los fans del vino, que sepan que también desgasta los dientes. Aunque hay que tener claro que no afecta tanto el consumo en sí como la cantidad que se ingiere al día y el tiempo que están en contacto con los dientes. Es desaconsejable la costumbre de tomar un buche de la copa y arremolinarlo alrededor de la boca para probar bien su sabor. Con eso, lo único que se consigue es que los dientes se cubran de ácido y se acelera el desgaste. Como todo, algunos vinos son más perjudiciales que otros. El vino blanco, por ejemplo, es más ácido que el rojo. Y los espumosos son aún peores, porque el gas que contienen actúa también como un ácido.

¿Estamos, al menos, a salvo de todo esto con ese elemento indispensable para la vida conocido como agua?

Con el agua mineral sí, pero que no tenga un contenido de flúor muy elevado. Con el agua con gas no tanto. Aquellas personas incapaces de resistirse a esta última, que contiene ácido carbónico, deberían bebérsela rápidamente, en varios tragos, en lugar de tomarla poco a poco a lo largo de todo un día o, al menos, hacerlo con una pajita. Esta parece la única manera de ahorrarle a la dentadura parte del ataque ácido en el esmalte.

A estos factores hay que añadir los ácidos estomacales, que producen un daño similar, como son el reflujo gástrico o los vómitos de repetición, como los propios de las embarazadas o bulímicas, por ejemplo.

Ahora bien, ¿es el ácido más dañino que el azúcar? La respuesta es no. Son conceptos diferentes, pueden ser igual de perjudiciales pero de distinta forma. Mientras que el ácido disuelve el esmalte del diente directamente, el azúcar provoca caries a través del metabolismo de las bacterias. El quid de la cuestión está en la cantidad de veces al día que se consumen los ácidos. No es lo mismo consumirlos en el momento de una comida principal que en pequeñas pero continuas cantidades a lo largo del día, lo que aumenta el contacto con el diente y, por tanto, el daño.

¿Qué puedo hacer para prevenir el desgaste dental?

Sin duda, la prevención es lo más importante, Hemos de intentar limitar el consumo de estos alimentos o bebidas que hemos mencionado, ya que el esmalte que se pierde por el ataque ácido nunca se recupera.

Deberían restringirse aquellos productos con un pH ácido inferior al 5.5, que son los que pueden provocar la erosión del esmalte dentario. A modo de ejemplo, el pH del zumo de naranja natural oscila entre 2.92 y 5.27. En cuanto a las bebidas energéticas, tan de moda en los últimos años, casi todas poseen un pH muy ácido, entre 1.5 y 3.

Para prevenir el desgaste dental, además de restringir el uso de los productos causantes del daño en el esmalte, es fundamental tener una adecuada limpieza bucodental, pero siempre teniendo en cuenta el cuándo. No es aconsejable realizarlo inmediatamente después de la toma del alimento ácido para no añadir fricción sobre el diente. El paso previo a esto será el enjuague con agua o consumir lácteos, como el queso o la leche, para neutralizar el ácido y dejar pasar al menos media hora antes del cepillado.

“Solo se necesita una semana para que un diente extraído colocado en un vaso de Coca- Cola se convierta en una masa gelatinosa”, aseguran desde la British Dental Health Foundation en una entrevista digital. NO llevaría mucho más tiempo PARA que le pasase lo mismo a un diente bañado en agua con gas”.

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